15 noviembre 2012

La Prisionera - Cap. 9-13




Capítulo 9

Vaya, me estaba pidiendo que entrase al baño, desde luego era una mujer valiente y audaz, como poco practica.
En aquella situación........ ¿Pedirme que le baje los pantalones?... joderrr.

Abrí la puerta despacito con precaución todo sea una treta para atacarme..... pero no, allí estaba de pie frente al espejo con cierto aire desafiante.

Su brazo herido recogido sobre su pecho y con mirada y gesto indicando
su pantalón.

Me situé en frente suyo y ella me miro....

¿El pantalón? Le pregunte mientras me arrodillaba delante suyo......






Capítulo 10
  • Bueno, este se ha quedado petrificado, ¿será que habrá visto algo raro?, pensé para mis adentros.
Visto que el no se movía, le dije:
  • No dudo que el paisaje sea asombroso o incluso bonito, pero por favor, me gustaría poder hacer pís, tranquilamente.
Él se levantó y sin decir nada se dio media vuelta.
Me senté en el water, el ya había cogido el pomo y antes de que saliera le dije:
  • Por favor, no te vayas lejos, no te olvides que todo lo que se desabrocha se tiene que volver a atar.
Cerró la puerta y yo me quedé sola.
Lo primero que salió fue una risa suave, por lo cómico de la situación. Me tuve que contener de reírme más fuerte, no quería que me oyera. Era una situación algo surrealista, mi captor, desabrochándome el body.. jajajjjaja...
Eso me da a demostrar que no es tan frío y calculador, como pensaba. Tal vez yo fui un error y solo quiso enmendarlo, no quería matarme realmente. Sea lo que sea, aquí me encuentro secuestrada, por un hombre. He tenido mucha suerte, porque tampoco me ha tocado, ni me ha violado...
¿Pero que hará conmigo?, mil pensamientos corrían por mi mente mientras estaba allí.
Una cosa tengo clara, no debo bajar la guardia, estamos en tiempos de guerra y nunca se sabe. Me prometí a mi misma, no confiarme. No fiarme de el y estar siempre atenta. No quería demorarme, ni quería impacientarlo, así que lo llame:
-Kiryl, puedes entrar ya. Ya he acabado.
La puerta, se abrió inmediatamente.
Su cara era un poema entre la incertidumbre y la desconfianza y algo también de cabreo.
Pero es una cosa habitual, son cosas que pasan. Yo no quiero estar aquí, así que tiene que asumir las consecuencias.
Intenté, que mi rostro, no reflejara ni miedo, ni desconfianza.
Mientras el se iba acercando, yo me levante. Me gustaría pedirte un favor, así, nos será más cómodas estas situaciones.
Ve a mi casa, y si con un poco de suerte no la han saqueado te resultara fácil encontrar lo que te voy a pedir.
Quiero que me traigas unas bragas, así cada vez que necesite ir al baño, no tendremos que pasar por esto.
Y si, por un casual la han saqueado, haz lo posible por encontrar alguna.
Carraspee, un poco, antes de seguir con la conversación:
  • Necesito,.. y respirando profundamente se lo dije de un tirón.
Necesito, compresas o tampones... si son tampones mejor, sino es un engorro.
Me duele la tripa y seguro que pronto me bajara la regla. Se que te resulta extraño, pero son cosas del cuerpo, y yo no puedo ocuparme de ello. Su cara se sonrojó y el silencio, se hizo en el baño.
El cuadro era irrisorio, yo con los pantalones bajados y con todo al aire, el brazo en cabestrillo y el delante de mi, mirándome....




Capítulo 11.

La verdad, aquella situación me dejaba atónito, era una mujer tan  real como directa y si, definitivamente hablaba mi idioma, joder si lo hablaba........

Iba a ponerme manos a la obra, la de atarle el body, que vaya obra pensé para mi, cuando el estruendo del impacto de un proyectil hizo crujir la casa y temblar hasta las paredes......... caía polvo del techo de escayola y la sangre se nos heló de golpe, a los dos.

Sabíamos que cuando empezaba un ataque de los ATP's, la artillería autopropulsada que sitiaba la ciudad, estos castigaban la zona elegida durante unos minutos, con lo cual aquel proyectil de 120mm no era mas que el comienzo de una serie.................

Ya con el oído atento se empezaban a oír los silbidos característicos de los proyectiles volando y negro preludio de las explosiones.

Ella se levanto, los dos dudamos y sin mediar palabra nos sentamos en el suelo bajo la pila del lavabo tratando de proteger nuestras cabezas de los golpes de los trozos del techo que se podían desprender. Poco más se podía hacer. Desde luego el lavabo ofrecía poca protección a un impacto directo, pero nada ofrece protección para eso. Sólo el azahar o la mala suerte deciden tu supervivencia en un bombardeo indiscriminado. En mi caso era el precio que debía pagar por estar infiltrado en territorio enemigo y en el suyo............ yo que sé.......si aquella criatura herida y acurrucada a mi lado, debía pagar algún precio.................

Mi brazo cubrió su cabeza pasando por detrás de su espalda y ella permitía aquel abrazo protector. Durante aquellos minutos que fueron como horas o días, sólo podía escuchar un susurro de su boca, algo como un rezo pero en otro idioma, ese en el que no entendía nada. El resto eran explosiones, crujir de la casa, polvo y pequeños trozos de escayola cayendo al suelo. Las paredes temblaban y hacían rebotar nuestra espalda sobre la fría baldosa........

Y a los dos o tres minutos, cesó.

Poco a poco abríamos los ojos como queriendo comprobar despacio y con miedo las consecuencias del ataque. Seguíamos ahí, vivos. La sangre volvía a fluir, en nuestras sienes retumbaban los latidos del corazón y una muestra de euforia y una sonrisa de Paola festejaba el seguir viva, - viva y coleando - dijo bajito seguido de un  - gracias dios mío - que entendí perfectamente.

Yo también sonreí y ella giro su cabeza hacia mí y me miro esbozando una media sonrisa.

Sus piernas estaban recogidas como tratando de proteger toda su integridad bajo la pila del lavabo y entre sus muslos abiertos podía ver la tela, la parte del body suelto y sin atar que dejaba su cuerpo al aire. Mi mano izquierda estaba todavía en su espalda y mi derecha fue a finalizar el trabajo suspendido por el bombardeo.

Al coger aquella pieza del body e intentar juntarlo con el inferior, volví a rozar su entrepierna, ella seguía mirándome pero su cuerpo se estremeció, algo así como un escalofrío recorrió su cuerpo y fue detectado por mi brazo izquierdo.

La vuelta de la sangre a la circulación y la alegría de estar vivo, me hizo seguir acariciando o intentando atar aquella pieza mientras ella me miraba y daba pequeños suspiros. Mi excitación aumentaba también y mis dedos empezaban a jugar con su sexo a ver que pasaba.....

Capítulo 12
Mi cuerpo aun estaba temblando. Por otro lado sentía un cosquilleo dentro de mi casi olvidado. Una mezcla extraña, pero placentera.
En mi mente, había una lucha entre lo que tenía que hacer y lo que no. Como si dos seres estuvieran argumentando y discutiendo sobre lo que en aquellos momentos debía hacer.
¡Había pasado tanto miedo!, allí metida en ese baño y sin que nadie supiera donde estaba. Tan solo este hombre. El hombre que había querido matarme días antes, pero que en esos momentos tan duros, me ofreció su protección. Sentir su calor, me había echo bajar la guardia. Y aunque aparentaba ser fuerte, mis fuerzas realmente estaban fallando. Un calor a la vez deseado y por miedo rechazado.
Sus ojos se clavaron en mí. El no decía nada, estaba a la espera de mi reacción.
Percibí en el su deseo, un deseo hacía mi como mujer. Me sentí tan agotada de luchar por la supervivencia, que no me tenía fuerzas para nada.
Y aunque mi voz no se pronunciara, mi cuerpo hablaba solo. Un lenguaje que el entendió bien.
El body, seguía sin abrocharse. Mis piernas estaban recogidas y a la vez tensas por la inusual situación.
Sus ojos seguían en los míos. Un lenguaje nuevo entre dos desconocidos, que han salvado sus vidas después de un bombardeo. Y mientras sus ojos me seguían hablando sus dedos simplemente acariciaban mis ingles.
Deje de luchar en mi cabeza, y mis piernas se relajaron. Ya no había tensión.
El lo notó, su mirada se hizo mas intensa sintiendo yo su gran deseo.
Capítulo 13
Su mirada se tornó hacia mis ojos. Su mirada mostraba abandono, cansancio..... consentimiento. No era una mirada de deseo, era como de dar permiso de me da igual, de qué
más puede pasar.
Pero mi excitación crecía, mis dedos acariciaban su entrepierna, su fina y suave entrepierna. El vello cubría sus ingles, era un pelo recio y abundante, aplastado contra su
 piel.
Mi mano rompió el fuego y toda ella cogió su sexo, su pubis en mi palma y sus labios entre mis dedos............ cerro lo ojos....... creo que intuía algo parecido a una violación.
Pero mi otra mano cogió su cabeza y la forzó a mirarme. Mi mano dio una pequeña sacudía a su cabeza y abrió los ojos, momento en el cual mi boca se acercó a su boca y la besé. No

respondía al beso pero tampoco gritaba ni me apartaba ni nada.......... era extraño.
Me incorporé lentamente, los huesos me crujían por la postura, el frío suelo y la rigidez de los músculos contraídos por el miedo. Me situé delante suyo mientras ella, ahora sí ahora no apartaba su mirada desconcertada........... y la cogí del suelo levantando a pulso de debajo de la pila del lavabo. No pesaba mucho.
Maniobrando con cuidado para no dar con su cabeza en los marcos de las puertas la llevé a dormitorio. Mis pies arrastraban un polvoriento residuo de escayola caído del techo por el bombardeo. Y llegué a la habitación. Interior, sin ventanas, di la luz con el codo, una cama de bastidor de hierro o bronce, una sobrecama verde de lana trenzada cubría la ropa de cama y allí la tumbé.
Seguía desconfiando de sus intenciones, me daba miedo, pero mi excitación era evidente.
Até sus manos a las barras laterales de la cama, prestando especial atención a su hombro herido que al moverlo le hizo exclamar un gesto de dolor, pero no podía fiarme.
Y allí estaba, semi desnuda de cintura para abajo, sujeta por sus brazos al bastidor y aquellos ojos cansados pero intensos.
Me despojé de parte de mi ropa. Mi pantalón oprimía mi miembro que empapaba el boxer interior.
Mi torso cubierto por una camiseta verde caqui del ejército y los calcetines puestos pues el frío del suelo te helaba la sangre. Y a horcajadas sobre su cuerpo maniatado. Mi polla flotaba en el aire, tensa, dura, palpitante........ deseosa de probar su calor, deseosa de estar dentro se ella............ pero no, debía esperar un poco,.........
Mis labios comenzaron a recorrer su cuello, mis manos sujetaban sus muñecas como esperando una reacción violenta y mis tobillos junto con mis pies controlaban sus tobillos manteniendo las piernas entreabierta. Su cuello nervioso, musculoso, pero suave, con cierto sabor salado...... desabroché la camisa o blusa y volvió a quedar allí presente el sujetador, roído y viejo, deseaba ver su pechos, sus tetas, ahora ya no eran pechos.....se habían convertido en tetas que deseaba comer, besar, chupar, sorber, morder........... y así lo hice, levante el sujetador que quedaba bajo su cuello y mi boca y lengua comenzaron a lamer sus tetas.......dios que maravilla de tetas......... ni demasiado grandes ni demasiado pequeñas........... dios que pezones, que sabor a mujer,........ mi polla palpitaba y goteaba encima de su pubis............
Que pensaría ella...?  ........

Continuará….















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